UN SILBATO LLENO DE AMOR...

Os presento mi viejo silbato… ¿sabéis que hace que ni pueda ni quiera cambiarlo?

Este silbato es uno de mis mayores aprendizajes… y me acompaña y me hace sonreír por debajo de la nariz…

Tenía 10 años, me encantaba ver a los profes utilizar los silbatos para organizar cosas… mi pasión por la formación me hizo pedirle uno a mi padre… y me lo concedió… un día llego de trabajar, aún recuerdo sus llegadas a casa, le esperábamos todos los hijos… y pum!!! Allí estaba… era un magnífico silbato negro cumplía todas las condiciones para ser el mejor silbato, era una joya… los vecinos no debían pensar lo mismo, mis hermanos tampoco…

Fuere como fuere, y no se si a causa de los detractores que tuvo susodicho artefacto, el silbato desapareció, no quiero exogenar la responsabilidad,lo perdí…

Mi padre al ver la desesperación que me rodeaba decidió por sorpresa traerme otro…

PERO ERA ROJO! ROJO MY GOD!.... aún recuerdo la cara de asco que le puse a mi padre… no era un silbato que se mereciera haber sido fabricado, así que se quedó en el olvido merecido por los silbatos rojos...

Al cabo de un tiempo, me di cuenta que era un silbato tan fabuloso como el que más. Y lo más importante, me di cuenta que estaba cargado de una sustancia enorme y poderosa... AMOR, mi padre me lo había traído por amor...

Tiene un gran poder, me recuerda el amor de mi padre, un amor que después pude vivir como lo repartía, como lo vivía con todos quienes le rodeábamos… el silbato me recuerda que el día que me lo regaló no me estaba dando un silbato rojo, sino una enseñanza de vida… Gracias grande!!