Procrastinamos, que me cuentas...
Claro, para nuestro cerebro la indecisión le aporta un momento de menos incidencia de lo negativo, donde parece preservarse de la "muerte" y por lo tanto procrastina y procrastina... y nos cuesta mucho poder indicarle que debemos tomar el mando, ser verdaderamente arquitectos de nuestra vida. Tomar decisiones y pasar a la acción... menos cómodo, siempre más enriquecedor...